Para minha querida amiga Noemi Cubas, com saudades.
En último mes, día treinta, como es mi costumbre yo fue hasta el puerto, pero non adelante. Non aquello desembro. La mar se fuera de min, aquellos días. Yo estuve en las planicies, pero non adelante en el horizonte incierto. En los espacios infinitos que me causaban tus ojos amarillos y serenos, tu voz sumida y la calmaría de tus brazos. Yo estuve en tus labios, pero non estuve solo. Muchos otros labios estuvieran entre nuestros besos. Yo estuve maldito. Un rasgo en la eternidad prometida. Yo estuve en Granada y Sevilla, ornando mis pensamientos de contos y amores turcos. Piedra, prisión, captura de mis pasos y respiros. Hasta el Sol estuve ausente aquellos días de derrota. De sentimientos encorralados. En que estuvimos distantes, represados en nuestros odios densos. En locuras enredadas en las calles del campo lleno de otros quereres. Estuve en espera. Quedado. También a procura de nuevos caminos. Un infierno de solitud e tierras mojadas. Sin tus cantos yo no soy nada. Sin las ondas e ares de la mar, yo no se antever pasión o gestos largos. Soy pequeño, encarcelado. Hoy, estuve nuevamente en el puerto y escribí estas palabras por sobre la rampa de subida, la puente entre aquí e otrora. Estuve diantre de la mar e ella cumplió su sacramento en mi alma. Escribo estas palabras mirando el norte, lejos de distancia de ti y de min. J.M.N.
Um comentário:
Lindissimo esse texto!
Delocadamente desperado. Passa uma vontade de ter algo que parece não chagr jamais.
Amei de verdade esse.
Bia
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